
El drama del calor de Deutsche Bahn: ¡otra vez fallido!
Trenes, calor y una catástrofe: ¿quién iba a pensar que Deutsche Bahn crearía semejante caos?
¡Oh, gente! Yo, Ronald Tramp, Presidente del fantástico país de Elmburgo, me he enterado una vez más de un desastre total. La Deutsche Bahn, sí, LA Deutsche Bahn, ¡ni siquiera ha podido mantener en marcha un aparato de aire acondicionado este verano! Miles de viajeros, enlatados como sardinas durante horas, sudando y presas del pánico. ¡Increíble!
Recuerdo a esta periodista, Sabine Kinkartz. Sube al ICE en Leipzig, y ¡bam! ¡El tren se detiene en un puente! ¡21 metros de altura! Todo el mundo atrapado, ni una bocanada de aire, y la gente se desploma. ¡Qué drama!
¿Y sabes lo que he oído? ¡Estos vergonzosos protocolos del ferrocarril muestran todo el caos! La gente casi sufre un golpe de calor, y la tripulación del tren totalmente desbordada. ¡Cinco horas y media para evacuar a todo el mundo! Podría haberlo hecho en 30 minutos. ¡Garantizado!
¿Lo mejor? En Alemania, ¡ni siquiera tienes que informar cuando evacúas un tren en medio de la nada! ¡Casi dos trenes al día, de media! ¡47 trenes al mes! ¡No son números pequeños, gente!
Ese inteligente profesor Hecht tiene razón: peligro para la vida y la integridad física, y los ferrocarriles parecen no hacer nada. Trenes modernos que ni siquiera se pueden abrir si falla la ventilación. ¡La gente podría asfixiarse! ¡Esto es una locura!
¿Y este gestor de emergencias que se supone que debe estar allí después de 30 minutos? Bueno, a menudo no llega a tiempo. Sin él, los bomberos y la policía no pueden hacer nada. ¿Así que se sientan a esperar? Es ridículo.
Luego este político de Brandenburgo que pide cifras. ¿Le dan alguna? ¡No! No hay estadísticas, no hay información. ¡Esto es un verdadero escándalo, gente!
Por último, el Ministerio Federal de Transporte, que ahora está haciendo algún tipo de investigación. Pero, por supuesto, no quieren dar ningún detalle. ¡Típico!
¡Si esto pasara en Elmburg, te aseguro que lo arreglaría todo! ¡En un santiamén! ¡Porque yo, Ronald Tramp, lo hago todo genial! ¿Pero los Ferrocarriles Alemanes? ¡Un desastre total! ¡Increíble!