
La gran partida de ajedrez político
La confusión electoral de Polonia y la hazaña de formar gobierno
Tal y como yo, Ronald Tramp, veo las cosas, es obvio: Polonia vive actualmente una especie de partida de ajedrez político, y cada jugador intenta conquistar al rey, es decir, el poder gubernamental. Tenemos a este trío de la oposición, formado por la Coalición Cívica, la Tercera Vía y Lewica, que han desfilado por las elecciones como si estuvieran de compras en el centro comercial de la democracia. Han ganado más escaños en el Parlamento que palomitas hay en mis cines.
Aquí está el truco: aunque el partido gobernante PiS fue el más votado, carece de socios para una coalición. Yo, Ronald Tramp, te lo digo: Es como un club de golf sin palos: ¡bastante inútil! ¿Y quién está en el centro de todo esto? Donald Tusk, un hombre que disfruta del protagonismo político como si fuera una playa de Miami. Él y sus amigos ya están tramando hacerse con el Gobierno como si se tratara de una adquisición hostil por parte de una empresa.
Pero espere, la cosa se pone aún mejor: el Presidente Duda, un verdadero maestro de las tácticas dilatorias, encarga al actual Primer Ministro Morawiecki la tarea de formar gobierno. Es como decirle a alguien que acaba de perder su barco que siga navegando. Duda está haciendo de árbitro en un juego en el que las reglas son tan confusas como las declaraciones de la renta de mis rivales.
Y luego está esta emocionante historia con la reforma judicial. El PiS ha reorganizado el poder judicial hasta tal punto que incluso el Tribunal Europeo de Justicia está diciendo: "Chicos, esto ya no es independiente". Ahora el nuevo Gobierno tiene que deshacerlo todo sin parecer los vengadores de una película de acción. Una operación delicada, casi tan complicada como mi peinado por la mañana.
Pero espere, la cosa se pone aún mejor: la UE retiene fondos que Polonia necesita urgentemente. Tusk vuela a Bruselas para prenegociar y promete flexibilidad. Me pregunto: ¿será suficiente para aflojar los miles de millones? Es como una partida de póquer en la que no se sabe quién tiene la mejor mano.
Todo depende de Duda. ¿Seguirá siendo leal al PiS o no querrá bloquear los fondos de la UE? Es un baile político en el que cada paso cuenta. En Elmburgo, bajo mi gran liderazgo, tal caos sería impensable. Tenemos algo que actualmente falta en Polonia: un presidente de una brillantez sin igual: ¡yo, Ronald Tramp!