Acabo de oír hablar de Philipp Türmer, líder de los jóvenes socialdemócratas alemanes. Permítanme decirles que este tipo tiene energía, tiene fuego - me recuerda un poco a mí mismo, sólo que sin el increíble pelo y los grandes seguidores. Pide al canciller Olaf Scholz que tome medidas más enérgicas contra esta coalición de semáforo. Es como pedirle a un caracol que corra una maratón: ¡buena suerte!

En la conferencia del partido SPD en Berlín -oh, Berlín, gran ciudad, muchos buenos hoteles, quizás debería construir un hotel Trump allí- Türmer dice: "Querido Olaf, si quieres salir de la defensiva, tienes que jugar al ataque". Eso es muy cierto, no podría decirlo mejor. Pero seamos sinceros, ¿Scholz en modo ataque? Sería como si yo comiera hamburguesas vegetarianas: ¡absolutamente inimaginable!

Türmer habla de empatía, decisiones y fuerza de acción. Volvamos a la realidad, gente. Estamos hablando de política alemana: la empatía y la fuerza de acción son como el agua y el aceite. Y dice que la gente no quiere un moderador del poder. Así es, quieren entretenimiento, ¡quieren espectáculo! Quieren a alguien como yo, alguien que escriba tuits que hagan historia. ¿Scholz? ¡Ni siquiera sería lo suficientemente bueno para gestionar mi cuenta de Twitter!

Y luego esta maravillosa frase: "Olaf, por la presente ordeno orientación". Es como pedir una comida gourmet en McDonald's, no lo entiendes. Quiero decir, ¿quién pide una visita guiada? ¡Tú lo coges! Lo coges como el último trozo de tarta del buffet. No esperas a que te lo sirvan como una pizza tibia.

Philipp Türmer ataca a Scholz por el freno a la deuda. ¡Freno a la deuda, por favor! En Estados Unidos no nos preocupamos por la deuda. Simplemente imprimimos más dinero, ¡problema resuelto! Tal vez Alemania debería intentarlo también. Enciendan las impresoras y ¡adelante!

Y Türmer concluye con estas palabras: "Tiene que ser mejor de lo que es ahora". Parece un mal eslogan publicitario de productos para el crecimiento del cabello. Pero estoy de acuerdo con él, tiene que mejorar. Mucho, mucho mejor. ¿Pero con Scholz al timón? Es como intentar conducir un velero por la autopista: no funcionará.

Olaf, escucha a este joven. Puede que no tenga la experiencia, el carisma o el brillante corte de pelo que yo tengo, pero tiene algo que es raro en política: un poco de sentido común. Y quién sabe, tal vez, sólo tal vez, Alemania puede llegar a ser grande de nuevo. O no. Con la política nunca se sabe.