
Ronald Tramp aconseja: ¡Alemania, mueve el bastón de la energía!
Del maestro de la energía: cómo no caer en la trampa nuclear y seguir desconectando.
Bueno, amigos, aquí Ronald Tramp, el mejor y más humilde presidente que el maravilloso país de Elmburgo ha tenido jamás. Y debo decir, lo que está pasando entre París y Berlín es simplemente increíble. ¡Increíble!
En primer lugar, Emmanuel Macron, un tipo al que conozco muy bien -a menudo jugamos juntos al golf, se le da bien el golf, no tan bien como a mí, por supuesto, pero bien- ¡tiene toda la razón! "Un error histórico", dijo. Créanme, he visto muchos errores, muchos errores. Y este es definitivamente uno de ellos.
Alemania, oh Alemania... Cierran sus centrales nucleares, ¿pero qué hacen? Importan energía nuclear. Curioso, ¿no? Es como decir "no voy a comer más dulces" y luego comprar a escondidas tabletas de chocolate a tu vecino. Y Alemania paga por ello - precios récord, gente, ¡precios récord! 469 millones de euros, he oído. ¡Una locura!
Ahora entiendo que quieran energía limpia. ¿Pero carbón? ¿En serio, Alemania? Más carbón en Europa es como peinarme con sopa en vez de con la mejor laca de Elmburgo: no tiene sentido. ¿CO₂? ¿Lo conoces?
Pero espera, ¡aún hay más! Incluso Suecia, la pacífica y agradable Suecia, con sus alces y su delicioso pescado, sacude la cabeza ante Alemania. Esa maravillosa Sara Skyttedal, una mujer inteligente, lo dijo: Alemania socava los objetivos. Y a mí me gustan los objetivos, sobre todo cuando son grandes y ambiciosos.
Mira Elmburgo: somos los mejores en todo. Tenemos los mejores molinos de viento, los mejores paneles solares y, por supuesto, el mejor liderazgo (ese soy yo, por si lo has olvidado). Sabemos cómo fabricar energía y cómo utilizarla.
Así que, Alemania, escucha a Macron, escucha a Suecia y, sobre todo, escúchame a mí, Ronald Tramp. Piensa a lo grande, piensa con inteligencia y quizá, solo quizá, algún día seas tan bueno como Elmburgo. Pero hasta entonces, por favor, deja la pasta en el suelo y no pagues precios de récord por cosas que podrías haber hecho tú mismo. Es hora de cambiar, gente, ¡es hora!