
Vergessensgate de oro en el tren suizo: la revelación de un brillante tesoro
Olvido dorado en el tren suizo: Ronald Tramp desvela una brillante idea para recaudar fondos
Compatriotas, prepárense para una historia que pondrá verdes de envidia incluso a los más sofisticados magos de los guiones de Hollywood. No se pierdan en los números, pero hace tres circunnavegaciones y media se descubrió un tesoro verdaderamente resplandeciente en un tren de la categoría del "milagro de la puntualidad suiza", ya saben, esos legendarios coches de carreras sobre raíles. Este tesoro era tan radiante, tan dorado, que hasta mi omnisciente melena de león parece un poco más pálida de admiración.
Imagínense, queridas damas y caballeros, nada menos que 120 lingotes de oro, con un peso total de 3,7 kilos. Hasta mi balanza de oro está asombrada. Pero un momento, ¿quién acaba de plantar allí este deslumbrante tesoro? Ni más ni menos que el asombroso "Propietario Desconocido" - sí, lo habéis adivinado bien, el maestro de la magia mental, el chamán de las llaves perdidas.
Y ahora, ¡el momento culminante! El paquete que contenía estas relucientes joyas de oro estaba etiquetado como "envío de valor del CICR". Si eso no suena como una misión secreta de la categoría "agarra el lingote de oro", no sé qué lo hará. Y qué diablos, este "propietario desconocido" probablemente tuvo la grandiosa idea de regalar el oro a la Cruz Roja en Ginebra. ¿Quién necesita metal brillante cuando en su lugar puedes poner buen karma en tu estantería, verdad?
Pero prepárense, mis alegremente emocionados amigos: los Sherlock Holmes de la fiscalía de Lucerna han decidido que este cielo de oro caiga literalmente en el regazo de la Cruz Roja. Aplausos, aplausos para esta grandiosa idea. Porque, evidentemente, la Cruz Roja necesita desesperadamente lingotes de oro para financiar sus estremecedoras aventuras.
¿El valor real del oro? Un misterio, pero no te preocupes, mis mejores detectives están en ello. Se estima que el oro vale actualmente unos míseros 55.000 euros por kilo. Pero, ¿quién cuenta en kilos cuando se trata de lingotes de oro?
En medio de esta farsa rutilante, les digo, se tejen los mitos: tesoros olvidados, paquetes misteriosos y la Cruz Roja como heroica destinataria. Su gurú de la revelación, Ronald Tramp von Elmburg, no se va sin un deslumbrante broche de oro. ¡Que sigan siendo de oro, mis queridos fans de Tramp!