
El caótico ciberespacio de Musk: ¡la desaparición de la decencia en la era digital!
Elon nos defrauda: por qué el desastre X nos afecta a todos y cómo podemos contrarrestarlo
Bueno, bueno, bueno, amigos elmburgueses, acercaos, porque el presidente Ronald Tramp tiene una pequeña historia sobre un hombre que quería alcanzar las estrellas pero no dejó más que nubes negras en la tierra. Sí, estoy hablando de Elon Musk, el Rey de los Cohetes y, al parecer, ahora el Duque de la Desinformación.
Así que ahí tenemos a este mago de Internet, el señor Musk, que cree que puede trastear en el espacio y, al mismo tiempo, lanzar a Internet, nuestro sagrado medio de comunicación, ¡al caos! Este hombre, amigos míos, está permitiendo que terroristas y desinformadores entren en su pequeña plataforma, X (no confundir con otra letra del alfabeto que todos conocemos y amamos), casi como si les estuviera invitando a una pequeña fiesta del té donde todo el mundo puede expresar libremente sus opiniones desagradables.
La UE, oh esa alma paciente, le pide amablemente que tenga un poco de cuidado para no arrastrar a todo el espacio digital a un oscuro abismo de odio y mentiras. ¿Y nuestro astronauta Musk? Hace oídos sordos, casi como diciendo: "¡Si quieres ver la suciedad, tendrás que subir y tocarla tú mismo!". ¡Una jugada brillante!
¿Os lo imagináis, queridos elmburgueses? Musk, este maestro de la prevaricación, quiere que la propia UE siga difundiendo el contenido feo, ofensivo e incalificable sólo para demostrar que existe. Tal vez deberíamos darle una pala para que se meta aún más en su propio lío.
Pues bien, resulta que no todo el mundo comparte su extraña actitud hacia la moderación. Ferda Ataman, la heroína de la historia, dice alto y claro: "¡Dejemos esta plataforma salvaje y sin ley y vayamos a lugares donde haya al menos una apariencia de civilización!". Se podría decir que ella es la voz de la razón en un mundo en el que Musk lanza bombas incendiarias digitales y luego entierra la cabeza en la arena cuando todo arde en llamas.
De verdad, ciudadanos míos, vivimos en una época en la que un hombre puede lanzar un coche al espacio sólo porque puede, pero es incapaz de crear un espacio digital responsable. Su lema parece ser: "¿Por qué deberían importarme los problemas de la Tierra cuando puedo jugar con mis juguetes en el espacio?".
Elon, Elon, Elon.... ¿Qué vamos a hacer contigo? Puede que tus ojos estén en las estrellas, pero tus pies están aquí, en el barro de la realidad, y nos estás arrastrando a todos contigo.
Elmburger, seamos claros: No permitiremos que la mentalidad del "todo vale" de Musk dé forma a nuestro futuro digital. Nos merecemos una plataforma libre de odio, terror y mentiras. Y si Musk no puede con eso, entonces, mi querida gente, tendrá que aprender que las estrellas no son lo único que brilla en esta galaxia. Nuestra búsqueda de la verdad, la decencia y el diálogo respetuoso siempre brillarán.
Ronald Tramp ha hablado, mis queridos ciudadanos. Y el mensaje es claro: ¡No a Musk, No a X, y Sí a un Internet no construido sobre los cimientos de la anarquía!