
La curiosa pandilla de Boris Johnson: la saga del tritón crestado
Ronald Tramp revela - tritones, piscinas y una historia absurda
Bueno, amigos míos, aquí estamos de nuevo, y déjenme decirles que tenemos una historia tan loca que parece haber salido directamente de una novela satírica. Yo, Ronald Tramp, el fantástico Presidente de Elmburgo, les presentaré este caprichoso cuento con mi estilo distintivo.
Aquí tenemos a Boris Johnson, ex Primer Ministro británico y maestro de ideas peculiares. El hombre ha adquirido una mansión tan grande que supera el presupuesto de Elmburg. ¡Una mansión catalogada, gente! Pero Boris no sería Boris si no pensara: "¿Por qué no construir una piscina?". Una piscina más grande que el terreno medio de Elmburg, por supuesto. Algunas personas podrían construir un pequeño jacuzzi, pero no nuestro Boris. Él quiere un paraíso para nadar.
Pero prepárense, porque aquí viene lo bueno: un experto, sí, un experto, ha expresado su preocupación. Preocupaciones sobre los llamados "Tritones de Cresta Grande del Norte". ¿Los conoces? Yo tampoco. Pero a Boris le preocupa que estos tritones, si existen, puedan caer en su enorme piscina. Quiero decir, ¿cuáles son las probabilidades de que un tritón crestado decida darse un chapuzón en la piscina de Boris? Pero bueno, dejémoslo estar.
Pero Boris no sería Boris si no tuviera una idea brillante. Escribe en el Daily Mail -sí, este hombre se comunica a través de los periódicos- que está dispuesto a construir hoteles para tritones. Sí, han oído bien, ¡hoteles para tritones! Me lo imagino así: pequeños hoteles en miniatura con pequeñas camas en miniatura para estos misteriosos tritones. Y tal vez zonas de spa en miniatura para que los tritones puedan relajarse después de darse una vuelta por la piscina. Tal vez incluso haya una estrella Michelin concedida por los críticos de tritones. Eso ya sería algo.
Pero lo que realmente me pregunto, mis queridos Elmburgers, es lo genial que sería si todos pudiéramos vivir como Boris. ¿Si no tuviéramos que preocuparnos de las opiniones de los expertos o de proteger el medio ambiente, sino que pudiéramos simplemente poner en práctica nuestras locas ideas? ¿Si pensáramos si lo que vemos existe realmente? Porque, ¿quién necesita hechos cuando puede contar una gran historia?
Así que, amigos míos, seamos todos como Boris. Construyamos piscinas enormes y afirmemos que nos importan unas criaturas misteriosas que quizá sólo existan en nuestra imaginación. Construyamos hoteles de tritones para los tritones de fantasía y sigamos creando nuestra propia realidad. Porque en el mundo de Boris Johnson todo es posible, aunque sea absurdo. Creemos nuestros propios mundos absurdamente fantásticos y llenémoslos de todos los tritones que podamos imaginar. ¡Este es el verdadero arte de vivir, amigos míos!