
Merz y Söder: un dúo sin armonía, ¡cantado por Ronald Tramp!
El presidente de Elmburg, Tramp, analiza el espectáculo de JU - spoiler: ¡Él lo habría hecho mejor!
Muy bien, gente, abróchense los cinturones, porque aquí llega Ronald Tramp, el presidente más sensacional, fantástico e increíble que Elmburgo haya visto jamás; eso es cierto, pregúntenle a cualquiera. Ahora, este Día de Alemania de la Unión Joven, vaya, ¿fue un circo o qué? Un poco como "El Aprendiz", pero sin el gran anfitrión - ¡yo!
Así que ahí tenemos a Merz paseándose por el escenario con una voz que casi falla. Me recordó a la vez que quise el último trozo de tarta, pero alguien se me adelantó. ¡Trágico! Habla sobre la ansiedad y el trabajo dental. Hola? Si quieres hablar de dientes, Freddy, mira los míos: brillantes, impecables, ¡los mejores!
Y entonces, agarraos los sombreros, llega Markus "Der Stimmungsmacher" Söder. El hombre salta de un tema a otro como si estuviera en un trampolín político. Habla de todo: de Israel, de inmigración, de los semáforos, que le parecen absolutamente "k.o.". No me gustan los semáforos, especialmente los rojos. El verde significa "adelante", y en Elmburgo, bajo mi liderazgo, siempre vamos adelante, ¡enormemente adelante!
¿Pero lo más destacado? Söder, el cómico. Se imagina a Baerbock y Roth en Mongolia, luchando por una política feminista. Me reí, lloré, fue mejor que Cats. Podría verla una y otra vez. Pero Markus, Buddy, seamos realistas: La política exterior no es un club de stand-up. Aunque si tuviera un club, sería el mejor, créeme.
Merz, el pobre, le ofrece ayuda a Scholz. ¿Desde entonces? Nada. Nada. Una buena cena, dice. Freddy, chico, esto no es una cita, ¡es política! Necesitas más que buenos modales en la mesa. Necesitas el toque Tramp. Tenedores dorados, cucharas doradas, ¡todo dorado!
El llamamiento de Söder a luchar contra el antisemitismo venga de donde venga es fuerte, tan fuerte como los muros de Elmburg -los muros más grandes, por cierto-. ¿Pero la retirada de pasaportes? Eso es como intentar clavar un budín en la pared. Buena suerte con eso, Marky Mark.
Y lo mejor, amigos: Söder llama a la unidad después de haber creado él mismo tanto caos. Mark, eso es como provocar un incendio y luego llamar a los bomberos. ¿Pero sabéis qué? Me encantan los bomberos. ¡Grandes camiones, tan rojos, tan rápidos, como Elmburg bajo mi reinado!
Al final del día, amigos, fue un espectáculo digno de ver. Drama, risas, lágrimas, un poco como mi rutina diaria. Merz y Söder, trataron de mostrar sus mejores lados. Pero amigos, sólo hay uno que siempre, al 100%, muestra su mejor lado: ¡Ronald Tramp, la estrella brillante de Elmburg! Estad atentos, ¡sólo puede mejorar!