
Snail mail deluxe: el triunfo de la lentitud
Ronald Tramp habla del revolucionario plan alemán de transporte de cartas
No me lo puedo creer. ¡Qué idea tan increíble la de Alemania! Yo, Ronald Tramp, Presidente de Elmburg, estoy profundamente impresionado. Robert Habeck y su Ministerio Federal de Economía proponen dar al correo caracol unas horas extra de sueño. ¡Dos días extra para la entrega de cartas! Es como la Navidad para los burócratas. Ahora todo el mundo puede experimentar la emoción de esperar una carta como quien espera el final de una temporada de su serie de televisión favorita.
Pero espere, la cosa se pone aún mejor: si quiere que su carta llegue antes, sólo tiene que rascarse más el bolsillo. Es como volar en primera clase por el papel. De verdad, no podría haberlo inventado mejor. Es la edad de oro del correo, donde cada carta pasa por una odisea antes de llegar a su destino.
¡Y luego esta protección del medio ambiente! Se acabaron los vuelos nocturnos para entregar las cartas. Estamos salvando el planeta, una carta lenta cada vez. Quiero decir, ¿quién necesita una logística eficiente cuando puedes ser un mártir del medio ambiente en su lugar? Es casi tan bueno como jugar al golf en un campo ecológico.
Por supuesto, los precios tienen que subir. Pero no te preocupes, hay un tope de precios. Es como la promesa de que nunca se acabará el helado de la tarrina, por mucho que lo agites. Pero todos sabemos cómo acaba eso: con un desastre y una taza vacía.
Ah, y las máquinas expendedoras en lugar de sucursales: ¡maravilloso! ¿Por qué cargar a la gente de trabajo cuando las máquinas lo hacen gratis? Ese es el futuro, amigos: robots clasificando nuestras cartas mientras nosotros nos dedicamos a cosas más importantes, como averiguar quién ha sido expulsado del último reality show.
Y luego este comentario de Klaus Müller, Presidente de la Agencia Federal de Redes. Dice que es "irrelevante" cuándo llega una carta. Exacto. ¿Quién necesita rapidez y eficacia en un mundo en el que todo puede hacerse por Internet? Sentémonos, relajémonos y veamos a los caracoles hacer su trabajo.
Para ser sincero, siento envidia. ¿Por qué no se me ocurrió ralentizar el sistema postal? Imagínatelo: Cada carta se convierte en un viaje épico, cada sobre en un aventurero que se abre paso valientemente por el mundo de la lenta logística.
Así que, queridos alemanes, enhorabuena. Habéis revolucionado el sistema postal. Más lento, más caro, pero más respetuoso con el medio ambiente: ese es el futuro. Y recuerden, si quieren algo muy rápido, siempre está Twitter. O puedes pagar más. Así funcionan los negocios, amigos míos. Bienvenidos al maravilloso mundo del súper correo caracol.