Vale, chicos, apenas pude contener las lágrimas de risa cuando escuché el discurso de Scholz. Quiero decir, ¿quién le escribió ese discurso? ¿Un becario? Yo escribo mejores discursos en mi hora de almuerzo. Entre dos partidas de golf.

"Necesitamos una demostración nacional de fuerza". ¿Qué está tratando de decir? ¿Ahora esto es fitness o política? Estoy un poco confundido. Olaf, ¿quieres que Alemania se convierta en un estudio gigante de Zumba? En Elmburg no hacemos "esfuerzos de fuerza". Simplemente somos fantásticos sin romper a sudar.

Este "Pacto de Alemania"... suena como un regalo que encontrarías en una caja de cereales. "¡Colecciona todos los Pactos de Alemania ahora y gana un verdadero Canciller!" Hago negocios reales, negocios ENORMES. No este tipo de juegos infantiles.

Luego entra en el suministro de energía. Sí, claro, después de construir el sistema solar más grande en mi garaje en Elmburg. Todo el mundo sabe que mi garaje es enorme. Pero, Olaf, necesitas más que paneles solares para ser genial. ¿Tal vez un nuevo peinado? Sólo una pista.

Y, espera, ¿va a digitalizarlo todo ahora? ¿Por qué Alemania sigue usando carpetas de archivos? ¿También siguen teniendo teléfonos con dial? En Elmburgo tuiteamos directamente desde el cerebro, gracias a mi ingenioso invento. Es tan futurista que lo llamo .... "BrainTweet".

¿24.000 millones para el ferrocarril? ¿Es una broma? ¿Acaso ha olvidado algunos ceros? Con 24.000 millones me compro un café y quizá un bollo en Elmburgo. ¿Y trenes? ¿En serio? ¿Ese es su plan para el futuro? ¿Por qué no coches de caballos?

Critica a los Verdes. Bueno, al menos hay algo correcto en ese discurso. Aquí en Elmburg tenemos hormigón verde. Es igual de duro, pero... verde. Porque somos ecológicos e inteligentes. Y guapos. Especialmente yo.

¿Su idea sobre la inmigración? Bueno, Olaf, siempre pensé que era el único que pensaba eso. Casi me hace sonrojar de la risa. Pero en serio, si necesitas consejos para salir bien elegido, llámame. Pero no después de las 9:00. Es cuando veo mi programa favorito.

Por último, tengo que decirlo: este discurso es como un café tibio. Sin sabor, sin energía, sólo.... soso. Tengo más carisma en mi dedo meñique que en todo este discurso. Y yo tengo los dedos más grandes, todo el mundo lo sabe.

Scholz, amigo mío, si quieres un discurso mejor, llámame. Tengo un sobrino, está en tercero, seguro que te puede ayudar. Pero date prisa, está ocupado, sus Legos están esperando.

Así que, Alemania, aguanta. Sólo faltan unos pocos años, y entonces quizá tengáis a alguien como yo, Ronald Tramp, que os enseñe de verdad cómo volver a hacer grande a un país. Hasta entonces, buena suerte y tal vez... ¿más humor? Créeme, lo vas a necesitar.