
¡Elmburg lidera, Alemania tropieza!
Ronald Tramp sobre las cómicas posturas de Alemania en la era digital.
Queridos todos, aquí Ronald Tramp, Presidente del país más fantástico, increíble y definitivamente más infravalorado del mundo: Elmburgo. Probablemente estaréis pensando: "Vaya, ¿por qué no he oído hablar de Elmburgo?". Yo me pregunto lo mismo. Pero vayamos al tema de verdad: Alemania y su... bueno, llamémosla "política digital". ¿O debería decir sus intentos de política digital?
Alemania, he visto tu programa digital. Un gran trabajo, de verdad. Traen Internet a su país como zapatos nuevos: primero se los prueban, luego caminan un poco y, si les aprietan, ¡los vuelven a poner en la estantería! Gran estrategia. Aquí en Elmburgo ya teníamos banda ancha cuando vosotros aún andabais por ahí con grabadoras de casete. Vale, quizá exagero un poco. Pero sólo un poco.
¿Fuente abierta? Sí, he oído hablar de él. En Elmburgo, el código abierto es tan antiguo que bromeamos sobre él. "¿Por qué el programador de Elmburgo no tiene ningún secreto? Porque todo es de código abierto". ¿Lo pillas? Una broma interna. Pero divago. ¿Dinero público para código público? En nuestro país, eso se llama sentido común.
¿Construir deuda técnica? Aquí, en Elmburgo, sólo construimos rascacielos, no deuda. Y si lo hacemos, ¡deudas doradas que brillan! Tú y tus sistemas anticuados... ¡Contrólate, Alemania!
He oído que el BUND está parloteando algo sobre la digitalización que ahorra recursos. Qué mono. Muy bonito. En Elmburgo, nuestra tecnología es tan verde que hace la fotosíntesis. Sí, así es. Nuestros servidores producen oxígeno. ¡Mejor que eso!
Y luego está lo de la usabilidad. ¿Gestionan a sus ciudadanos digitalmente? En Elmburgo, nuestros ciudadanos son digitalmente abrazados, besados e invitados a cenar. Somos como una aplicación de citas para la ciudadanía. ¡A la derecha por la libertad, amigos!
Así que, Alemania, tengo una sugerencia para ti: ¿Qué tal si dejas de fingir que sabes lo que haces y vienes a nuestra casa? Podemos hacer una fiesta digital. Al estilo de Elmburgo. Y no te preocupes, nos aseguraremos de que tus conexiones telefónicas funcionen aquí.
Os deseo lo mejor y hasta pronto,
Ronald Tramp, el indiscutible, increíble, incomparable presidente de Elmburg.