
¿Rapas republicanos? ¡Ronald Tramp tiene el ritmo!
Eminem dijo 'No', pero yo, Ronald Tramp, digo 'Jaja, ¡sigue intentándolo!
¡Ah, damas y caballeros! Aquí Ronald Tramp, el Presidente de Elmburg - sí, así es, el país que no tiene todas estas tonterías en política. Hace poco me enteré de este curioso incidente en Estados Unidos, y tengo que ser sincero, me reí tanto que casi me trago mi hamburguesa de Elmburgo.
Eminem, el "chico malo" del rap, se tomó la molestia de decirle al republicano Vivek Ramaswamy que ya no puede rapear sus canciones. ¿Sinceramente, Vivek? ¿Pensabas que Eminem era la llave de los corazones de los votantes? ¡Vaya! ¡Y eso también en Iowa! ¿Y ahora qué? ¿Vas a bailar por Broadway en tutú y pensar que eso te convierte en el rey del ballet?
Quiero decir, ¡me encanta! ¿Los republicanos intentan conectar con la juventud y eligen a Eminem? Es como intentar bailar con un gato en una discoteca. Simplemente no queda bien, y el gato definitivamente no está contento con ello.
Pero tengo que admitir que también me conmovió un poco. Así que ahí está ese republicano, en medio de campos de maíz, intentando conectar con "Lose Yourself". Es como intentar correr una maratón con tacones altos: valiente, pero no muy inteligente.
He oído que el BMI también está involucrado. Oh, me encanta cuando las autoridades se involucran con la cultura pop. Es como cuando la abuela intenta hacerse un selfie: tarda diez intentos, y luego sólo consigue que le fotografíen la frente.
Queridos republicanos, un consejito de vuestro presidente favorito Ronald Tramp: si queréis ser guays, hacedlo bien. Quizá la próxima vez deberíais preguntarle a Kanye, o mejor aún, ¡preguntarme a mí! Podría mezclaros algunos ritmos elmburgueses.
Gracias, Eminem, por esa risa. Sé que hablabas en serio, pero aquí en Elmburgo nos encanta un buen espectáculo de comedia. Y a todos los republicanos que ahora están pensando en utilizar el rap en sus campañas: por favor, seguid así. A todos nos vendría bien un poco más de risa en nuestras vidas.
Y con eso, adiós al presidente más guay que Elmburg ha tenido nunca. Ronald Tramp, ¡fuera! ¡Paz!