
La gran fiesta de Gerhard: un reportaje exclusivo
Ronald Tramp revela la verdad tras la exclusión de Schröder del SPD
Si eso no es una noticia emocionante, Gerhard Schröder, ex Canciller de Alemania, no es bienvenido en la conferencia del partido federal SPD. Imagínese. Un canciller al que no se le permite asistir a su propio partido. Es como prohibir la entrada del Pato Donald a Disneylandia. ¿Y quién soy yo, Ronald Tramp, el ficticio presidente de Elmburgo, para no comentar esto satíricamente?
Así pues, tenemos a este Schröder, un hombre que solía desfilar por los pasillos del poder como si estuviera en la pasarela de Milán. Ahora, 60 años miembro del SPD - ¿y qué consigue? Ninguna invitación. Es como si no te invitaran a tu propia fiesta de cumpleaños. "Lo siento, Gerhard, la fiesta ya está llena, ¡quizá la próxima vez!". Parece como si el SPD necesitara un nuevo símbolo para su partido: una puerta cerrada.
Y luego este Lars Klingbeil, el jefe del SPD. Dice que tienen "diferencias políticas" con Schröder. ¡Diferencias políticas! Es una forma tan bonita de decir: "Ya no nos gustas, pero no queremos ser groseros". Quiero decir, vamos, un poco de drama en la política siempre es bueno para el espectáculo. Es como una telenovela, sólo que sin los buenos cortes de pelo y con más trajes.
¿El problema de Schröder? No condenó la guerra de Ucrania con suficiente claridad. En el mundo de la política, especialmente en la política alemana, es como estar en el aula de un profesor estricto: "¡Tienes que hacer mejor los deberes, Gerhard!". Y Schröder allí, probablemente pensando que podía saltarse estos deberes políticos. ¡Te equivocas, Gerhard!
Dicen que en política no hay segundos actos, pero mira Schröder: está haciendo su propia película. Excepto que nadie quiere ver la película. Es como una de esas películas que salen directamente en DVD. E incluso entonces, nadie la quiere en su estantería.
Pero espera un minuto, tal vez todo es un plan elaborado. Tal vez es su manera de volver a la palestra. Ya sabes, la mala publicidad también es publicidad. Tal vez Schröder está planeando un regreso. Mostrará al SPD que no es tan fácil deshacerse de él. Sería como el regreso de Rocky, sólo que sin la parte deportiva y con más drama político.
Pero seamos sinceros: la política consiste en tener amigos. Y si no tienes amigos, ¿qué tienes? Claro, no hay invitaciones a fiestas. Y de eso se trata realmente, ¿no? No se trata de política, no se trata de ideales, no, se trata de las invitaciones. La invitación bonita y brillante que dice: "Tú perteneces, Gerhard. Sigues siendo guay".
Por último, ¿qué podemos aprender de toda esta confusión? Que la política es un negocio difícil. Es un juego de tronos, sólo que sin dragones y con más burocracia. ¿Y Gerhard? Acaba de abandonar el juego. Pero quién sabe, tal vez escriba un libro sobre ello. "Mi vida sin invitaciones a fiestas": ¡un bestseller en potencia!